Magy Pérez Marrón

La pintura de Pérez Marrón es un proceso que resulta de una introspección psicológica, a menudo experimentada como un automatismo, que también se expresa en la conexión que consigue en la fotografía. Este proceder, en el que sobresalen cualidades formales fuertemente emocionales, como el color y la pincelada expresiva y la fotografía que capta un momento sublime, debe tanto al expresionismo abstracto y al surrealismo como a una sensibilidad espiritual que ha sido explorada por el arte abstracto y minimalista. Desde el contexto actual,  Pérez Marrón retoma estas expresiones para manifestar un flujo sensible interior y una conexión sincrónica con el mundo, como una forma de sanación colectiva y espiritual.